martes, 22 de diciembre de 2009

Uniones estrechas

Encendí la televisión, mientas abría la boca para provocarme un largo bostezo. Ya estaban poniendo el tiempo. Otra noche fría. De sopetón me empezó a doler la barriga, con unas ganas terribles de vomitar. Gilberta maullaba desesperada. Quizá había pasado bastante tiempo desde la última vez que la alimenté.
-Ya te he oído Gilberta. Ahora voy… - Cogí la gata entre los brazos, sacudiéndole el polvo – tranquila, pronto tendremos agua otra vez.
Hacía ya casi dos semanas que no había agua en mi piso por averías de las cañerías que habían sido taponadas con algunos plásticos y papel. Temí que hubiese sido yo, siendo muy posible tras alguna de mis largas tardes de invierno dibujando y escribiendo. Las basuras se acumulaban demasiado, y el retrete parecía bastante grande…sin fondo. No se me dieron nunca demasiado bien las ciencias. Mi madre decía que era un desperdicio, que debería haber estudiado más y mejor para haber acabado como mi hermano.

Sí, tengo un hermano, un político. Tenía siete años más que yo, y casi nunca lo veía. Siempre supe que acabaría siendo el típico político que siempre odié desde que empezó su carrera. Se le da bien engañar, como a los políticos. Te decía que vendría a verte, que te ayudaría con el alquiler, y que conseguiría que publicasen tus dibujos en alguna otra editorial mejor, pero claro, cuando él dice eso, es como cuando hablas a una grabadora. Lo dejas grabado, y lo guardas en una cinta que luego dejas en un cajón, esperando a que coja polvo y un día lo encuentres, pero ya no tira, porque ya está fuera de uso, y ahora solo se utilizan los cedés. Mi querido hermano solo usaba cedés, y una vieja cinta como yo no tenía ya utilidad para él.

¿Qué pensáis? ¿Qué es una mala persona? No, yo no lo creo. Solo creo que cuando el poder llega a tus manos, te corrompe. El alma más pura puede ser corrompida por el sucio poder. No te das cuenta, solo te ata las manos y los pies, y se desplaza entre tu gente, alejándola de ti, haciéndote olvidar, haciéndote ver lo que él quiere. Ese es el poder, la ilusión del poder humano que no existe. Algún día se dará cuenta, y será tarde, pero yo me sentiré bien por él. Al fin y al acabo es mi hermano.
Lazos de sangre dicen, o algo así.

No hay comentarios:

Publicar un comentario