lunes, 22 de febrero de 2010

Agonizante perfección

¿Cómo iba a morir así? ¿Asesinado por una persona de la cual no sé ni su nombre? ¿Una sutil muerte en soledad? En estos pequeños instantes tan cerca de mi muerte solo pensaba en cosas triviales una vez más. Estaba paralizado ante la homicida mirada de mi agresora. Agaché la cabeza y esperé mi sentencia con desgracia.
Cual fue mi sorpresa cuando después de unos segundos seguía con vida. Alcé la mirada con miedo a que en cualquier momento se derramasen mis vísceras por el suelo. Solo pude ver como un brazo atenazaba el cuello de la joven antes de que volviese a ver la oscuridad tras una tremenda punzada en mi cabeza.

----------------------------------------------------------------------------------
Sigues en mí. No necesito buscar…
Agrio rencor que nunca abandonaste esa fuente de desdicha que habita en mí. Dame fuerzas ahora, aunque seas lo único que me queda, y nunca quise tener. No dejes que nunca vuelva el sentimiento.
Caminando en un campo de rosas, bellas pero espinosas, lo único que puedes conseguir es que te hagan sangrar, y por ello prefiero que fuera planicie una vez más. Las heridas cicatrizan con el tiempo. Mentira digo.
Rencor, evita mi dolor. No me dejes caer en la tentación de los errores. El errar humano que tanto evité se vuelve contra mí en cada esquina de mi ser. No puedo dejar de sentir, no puedes dejar de cambiar ni de soñar. ¿Cuándo se acabará esta tortura? La perfección nunca fue fácil, ni posible.
Rencor, no me dejes soñar, no me dejes pensar, no me dejes sentir, y cuando cumplas tu tarea, vete y déjame solo. No soy fiel compañero de viaje.
Y cuando esté totalmente solo, podré razonar y dejar de errar.
Perfección.