jueves, 10 de mayo de 2012

Vino, se fue y se irá. (Canción)

Por los tiempos de mis viejos, trovadores y mentores,
lanzo yo este grito al cielo.
Lo forjasteis de este hierro de la espada destructora,
ahora todo está hecho mierda.
Del legado de la gente, que confía en los videntes,
que convierta el agua en vino.
Vino, se fue, y se irá, y se irá.

Vino, se fue y se irá en la guerra, consumiendo tierra.
Vino, se fue y se irá en el viento, risas de lamento.
Vino, se fue y se irá en la muerte, este es mi presente.
Vino, se fue, y se irá, y se irá.

Borregos construyen muros para separar los burros,
y sacarse unos duros.
Y las flores se pudrieron por solo alimentarlas
con tornillos oxidados. 
Que caiga la lluvia en sus caras,
y borre la ironía.
Vino, se fue, y se irá, y se irá.

Vino, se fue y se irá en la guerra, consumiendo tierra.
Vino, se fue y se irá en el viento, risas de lamento.
Vino, se fue y se irá en la muerte, este es mi presente.
Vino, se fue y se irá.

lunes, 11 de julio de 2011

Malversando mentes

Tengo,
Las larvas escondidas en el pelo,
De inventos que confundo con mi vuelo,
Conservo la ironía de las voces,
Aunque partan de mi boca; salen toses.

Convierto,
Locuras de de la gente en mis reproches,
Que impera la alabanza de los coches
En esto que parece un cuadro fino,
Y cuando miro hacia arriba solo llueve.

Qué me quedará,
Qué nos quedará,
En este mundo no nos dejan pensar.
El lodo me estancará,
No hay forma de escapar,
Marionetas con los hilos de metal.

viernes, 8 de abril de 2011

Entrañada veritas

Pasando calada a calada,
Me escondo del cerco de hadas.
Creyendo que cura de espantos,
Probando el fariseo cantar.
Viviendo de fruta podrida,
Cuando existiera el amar.
Quemado heridas carentes,
Velando por anhelado malestar.
Que quien atrapa cien,
Canjea su pasión por ración.
Que quien se vuelca en ti,
Se vuelve verdad. Te vuelve real.

lunes, 21 de febrero de 2011

Sería

-¿Quién eres?
-Yo, o más bien, “”.
-¿De dónde vienes?
-De donde querrás estar, o quizá de donde estarás.
-¿Qué quieres?
-Lo que querrías, que se cumplió.
- Quiero decir, ¿qué quieres de mí?
-Lo que tú querrías de mí.
-¿Eres mi futuro?
-Soy lo que quieras que sea. No puedo ser tu futuro, a menos que lo quieras.
-No entiendo nada.
-Pero yo tampoco.
-Eso no tiene sentido.
-Eso es porque no sabes lo que quieres. Soy solo una especulación, igual que tú. Empieza a ser algo, o yo solo seré lo que soy, y no lo que querría ser, querrías.

viernes, 18 de febrero de 2011

Diario roto

Indescriptible, inimaginable.
Fuera de la razón, fuera del tiempo.
Esa sensación está fuera de escarmientos.
Ingenuo, quizá estúpido.
No es momento de lamentos.
Solo cuestión de tiempos.
Se escapó, y yo no miento.
Te siento. Lo siento, y terminó,
terminó mi larga primavera.

sábado, 29 de enero de 2011

Comprando vidas

-Buenas tardes. ¿Aquí venden vidas? – preguntó con rapidez el esmirriado hombrecillo.
-Tenemos de todo tipo, desde banquero hasta pescador. Pero le aviso que nuestra alta gamma de productos no es barata – dijo el dependiente, mientras frotaba su dedo pulgar con índice.
-Le daré lo que sea. No tengo dinero, pero pagaré con lo que sea necesario. No me queda familia, ni amigos, ni pareja, pero conseguiré lo que usted quiera si me libra de esta apagada vida – le suplicó el personajillo.
-Lo siento. Aquí solo aceptamos dinero en efectivo. La vida cuesta dinero, y el tiempo aún más, así que si no tiene con que pagar, le aconsejo que dé media vuelta, y busque otro local.
-¡Le imploro que me dejé una vida nueva! ¡Le venderé la mía!– volvió a suplicar, subiéndose sobre el mostrador, desesperado.
-Váyase o llamaré a la policía. No sé si sabe que sin dinero, está infringiendo la ley – le contestó en tono amenazante – Y le repito que sin dinero no hay vida para nadie, y por lo que veo la suya no vale nada.
El gesto de frustración del joven se tornó en desesperanza y sacó de su chaqueta un revólver. El dependiente se asombró y se escondió debajo del mostrador.
Entre gritos de ayuda del dependiente, el joven susurró – Nunca pensé que el mundo se tornaría en esto. Es lo que nos queda, la codicia. Sin dinero no hay vida que valga la pena vivir – entonces levantó la cabeza y apuntó con el revólver su sien, acabando con lo que quedaba de valor de él, dejando atrás un mundo agrietado pero adinerado.

martes, 25 de enero de 2011

Más cerca

Dio una larga calada. No esperaba nada.
No tenía donde vivir, ni donde soñar. Sin embargo, en la tempestad, parpadeó una señal. Temía que no fue lo que es. Temía que sintiese otra vez lo que le hizo empequeñecer. ¿Esperanza? Si hay una palabra es esa.
Hacía tiempo que no se sentía así. Que sentía algo, algo diminuto pero que podría crecer. Tiempo, calor y una mente abierta, abierta a todas las posibilidades, como siempre tuvo, era lo necesario para florecer entre las raíces de la incertidumbre.
¿Por qué pararse en el camino? ¿Por qué ahora que estaba todo en su lugar arriesgarse? No debía caer en los mismos errores, no podía volver a abrasar sus barreras, volver a ser lo que no quería ser.
Esa pequeña y parpadeante sensación que le inundaba no quería ceder, y terminó por cogerla. No quería soltarla, pero tampoco apretarla. Demasiada carga que no soportaría tanta tabla de madera podrida. El constructor no se paró en su afán por transportar sus ideas a la realidad, y así fue como tras abrazar la incolora luz, que poco a poco iba tomando forma en su frágil mente, pudo sentir que volvía esperar algo.
Dio otra larga calada, e imaginó que esperaba, encerrando sus malestares para poder apreciar esa pequeña señal en el fondo de la oscuridad. Tan real, pero tan tenue.

jueves, 13 de enero de 2011

Pensando en sentir

Rozó con los dedos la orilla del mar y se dejó llevar por las briznas saladas que salpicaban las olas. Ella le miraba desde la arena esperándole. Él se giró y sonrío amablemente. Le devolvió la sonrisa, sin saber qué decir, confusa. Se levantó y se acercó a la orilla.
-Es inmenso – dijo él.
-Sí.
-Me gusta. Gracias por traerme.
-¿Cuánto hace que no vienes a ver el mar? – le preguntó ella.
-¿Eh? Ah, mucho. ¿Por qué?
-Se ve que te cuesta caminar por la arena.
Él le sonrió por segunda vez y volvió a mirar al mar. Ella se quedó expectante, y miró al suelo, esperando algo más de él. Buscó su mano y la tocó levemente con el dorso de la suya. Él ni se dio cuenta. Ella bajó más la cabeza y removió la arena de la orilla con el pie. Entonces cogió valor y le sostuvo la mano.
-¿Qué ocurre? – dijo él al girarse.
Sin darle más tiempo, ya estaban los finos labios de ella junto a los de él, presionándolos levemente.
-“Así que esto es lo que se siente al besar a alguien” –pensó él. Se separó y se paró a ver el rostro asustado de la chica.
-¿No te gusto? ¿He hecho algo mal? – Dijo apresurada
-A mi me gusta el mar. – sonriendo una vez más – “Eso suena bien”
-Ah…vale. Lo siento.
-“¿Por qué se disculpa? ¿Acaso ahora debería decir algo?”
-No hay nada que sentir. El mar es precioso. ¿No? – dijo él.
-Supongo que sí… - respondió girándose con gesto decaído.
Las olas borraron las huellas que dejaba ella tras de sí, y él fue tras ella.
-¿Te vas?
-Creo que sí… no me siento demasiado bien. – lamentándose.
-“Debería decirle algo sobre ella. Algo que llaman… sí, un piropo”– Estás espléndida.
-¿Y eso? ¿A qué viene eso ahora? Ahora sí, y luego no. – le miró con algo de recelo. Él frunció el ceño, desorientado.
-Creí que querrías saber lo que pensaba de ti…
-¡Pues no sé para que servirá, la verdad! ¡Parece que no tengas ni una pizca de sentimientos! Sé captar indirectas, tranquilo, no estoy enfadada.
-“Qué razón lleva. No sé que más decir, sonríe, sonríe” – pensó y le sonrió, encogiendo los hombros.
-¿De verdad que no lo entiendes? Me rindo. – y salió corriendo.
-“Ojala todo fuese tan fácil como el mar” – pensó, sentándose en su incomprensible mundo de arena, donde de cada colilla, millones son granitos de arena.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Otra del momento

Te lo dije antes de que sonaran las doce, o lo soñé. Como saltando en la infinita locura del tiempo. Y es que no perdona, no me perdona que lo olvide. Cualquier día, cualquier momento es el oportuno, no le necesito para seguir aquí. He dejado de creer en la suerte, en que las cosas surjan como todo lo que no he buscado y he esperado. Hipocresía la mía, iluso pude ser. Ya no le doy la vuelta, ahora que confío en los instantes milimétricos, y todo parece insignificante con lo que les puede a otros. Y es que ser más traicionero es fácil, espero haberme dado cuenta.
Ahora sé hacerlo, cuando ya no me queda en lo que entrever.
El que sabe, tiene el poder, el poder hacer, el poder de decidir no hacer.

jueves, 25 de noviembre de 2010

El lugar

Hola. Aquí vivo yo.
Este es el lugar donde puedo coser mis ilusiones.
El lugar donde me conozco de verdad, donde yo puedo crear.
Lugar de fantasmas, sentimientos y ardientes esperanzas.
El lugar donde la suerte existe, los Dioses nacen, y el mundo no termina.
Mi lugar, donde yo me río de la casualidad, donde ellos desaparecen sin más, el lugar donde tú puedes pasear.
El lugar donde no hay lugar. Dónde en realidad, no hay que ver ni tocar.
Mi lugar, donde yo vivo y tú estarás.
Y para que cuando este lugar se acabe, pueda residir en el de alguien más, y no quedar bajo la cal.