miércoles, 19 de mayo de 2010

Oirte

Qué fácil sería acercar el oído a su frente y pararse a escuchar lo que piensa, aunque lo que fueses a oir no es lo que querías saber, pero es que una vez más las verdades golpean como puños.
Envidio a los ignorantes y a los despreocupados.
Qué bien viven.

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