Hoy me dado cuenta. No tengo mente enlatada,
se va el sabor, y ya no tengo ganas,
bórrate de mi agrietada lente.
Vuélvete a quemar, rómpete rosa de las nanas de ranas,
y que los grajos que vuelan bajo no te aprieten,
porque sigues siendo la que manda,
tras las cortinas rojas de mi enlatada mente.
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